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Bienestar

¿Cómo fortalecer tu sistema inmune y proteger tu piel en invierno?

Escrito por: Mathilde Peyrigué

Sinónimo de magia nevada para algunos, de escalofríos incesantes para otros, el invierno llega y pone a prueba nuestro cuerpo.

Gracias a esta práctica miniguía, aprende cómo fortalecer tu inmunidad y proteger tu piel durante la temporada de frío, en 10 pasos.

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Es invierno: las temperaturas bajan, la luz disminuye, los niveles de humedad aumentan, las dolencias invernales abundan. En la naturaleza, los animales hibernan y las plantas se duermen. En la intimidad de nuestros hogares, para combatir la depresión estacional, todos tendemos a “compensar” con cocooning, pantallas, comida reconfortante … También es la temporada navideña de fin de año. Consecuencia: nos movemos menos, comemos alimentos que contienen más grasas y azúcar, nos exponemos aún más a la luz azul en detrimento de la luz del día. Nos guste o no, estas circunstancias, en definitiva bastante banales, debilitan nuestro sistema inmunológico y la capacidad de nuestra piel para defenderse del frío.

En Days of Confidence hemos querido reunir en una miniguía todos nuestros consejos prácticos para equiparte con estas dos cuestiones, ¡para que la estación fría ya no sea una mala palabra para ti!

 

 

5 consejos para aumentar la inmunidad de forma natural

 

1. Adapta tus ritmos a los de la naturaleza

Para la Medicina Tradicional China (MTC), el invierno es la estación de los riñones, considerados la reserva energética fundamental del organismo. Es un período propicio para el descanso y la introspección. Se trata de recargar pilas antes de poder dirigir tu energía hacia el exterior cuando llegue la primavera. El primer consejo para reforzar la inmunidad durante este período es, por tanto, maximizar el tiempo de recuperación: adelantar la hora de acostarse, desconectar las pantallas 1 o 2 horas antes de acostarse para dedicarse a la lectura o a los cuidados corporales, reservar momentos regulares de relajación... ¡El cuerpo te lo agradecerá y tendrá menos necesidad de mantenerte postrado en cama varias veces durante la temporada para obtener lo que te corresponde! A la hora de despertar, que suele ser más difícil en esta estación, las lámparas de fototerapia son tus aliadas.

 

2. Practica la fricción renal energizante

La temporada renal significa la necesidad de apoyar este precioso órgano. Recuerda frotar diariamente la zona riñón-suprarrenal después de la ducha, en la parte posterior de las costillas hacia la mitad de la espalda, sin olvidar respirar libremente. Esto estimula la circulación sanguínea localmente, lo que acelera el trabajo de estas glándulas. Para una mayor eficacia, este gesto se puede realizar mediante una unción ad hoc compuesta por un poco de aceite vegetal neutro (jojoba, almendras dulces, semilla de albaricoque, aguacate, etc.) enriquecido con 3 o 4 gotas de esencia de abeto negro o pino silvestre. Aceite, tonificante y cortisonante. Tenga en cuenta que estos aceites esenciales están contraindicados durante el embarazo y en niños menores de 6 años. Consultar a un médico en caso de patologías suprarrenales, pituitarias o tiroideas.

 

3. Promover la calidez y el movimiento.

Hasta entonces, te conviene un poco de descanso, un poco de fricción... Pero, ¿cómo podemos devolver la vida a nuestros cuerpos de forma sostenible en pleno invierno? De manera muy prosaica, promoviendo la calidez y el movimiento.

Algunas ideas para ayudarte:

  • cúbrirte, especialmente a lo largo del recorrido del meridiano de la vejiga: protegerse la cabeza sigue siendo imprescindible para protegerse de los gérmenes;

  • movimientos suaves: yoga, qi gong, etc. para poner nuevamente en circulación toda la energía del cuerpo;

  • uso diario de la bolsa de agua caliente: sobre los riñones para energizarlos, sobre el hígado en caso de congestión en la zona otorrinolaringológica, bajo los pies para favorecer el sueño;

  • la práctica de baños calientes y pediluvios calientes: por la noche, en agua a 39 grados, con o sin sal relajante de Epsom para entrar en calor, relajarse y despejar la mente;

  • Visitas periódicas a la sauna y/o hammam: para activar los emuntorios, sudar y evacuar toxinas.

 

4. Adoptar una dieta nutritiva, digerible y reconfortante

No es suficiente: aumentar tu inmunidad también pasa por la dieta.

Primum non nocere : primero, no hacer daño. Es decir, no forzar demasiado el sistema inmunológico a través de la dieta. Sabemos que la ingesta excesiva de azúcares y carbohidratos simples monopoliza el sistema inmunológico, el consumo demasiado frecuente de alcohol también lo monopoliza, el exceso de sal o una dieta proinflamatoria en sentido amplio debilitan nuestras células inmunes. Y, por el contrario, una ingesta insuficiente de alimentos o incluso deficiencias nutricionales también son perjudiciales para nuestro sistema de defensa. ¡Más que nunca es hora de comer todo con prudencia! Sin excesos, privilegiando productos caseros de calidad y de temporada, compensando las comidas festivas y ricas con uno o dos días con bajos costes digestivos... Nada muy complicado, confía en el calendario primeur y en tu vale, evita los ultraprocesados, y todo estará bien, te lo prometemos.

Concéntrese en una dieta bastante cálida. Prepare sopa de verduras -tradicional o “cruda”, en forma de jugo de verduras al que se añade un poco de agua hirviendo en el último momento, para darle aún más vitalidad- o farándulas de verduras asadas con especias. Haga pausas para preparar bebidas calientes que mejoren la inmunidad: infusiones de saúco o equinácea, decocción de jengibre; leche vegetal aromatizada con cúrcuma, canela, cacao crudo, té matcha. Y recuerda encontrar placer en el plato, ¡también es bueno para la moral y, por tanto, para la inmunidad!

 

5. Complementa inteligentemente

Además de estos consejos para un estilo de vida saludable, la estación fría nos invita a complementarnos inteligentemente con complementos alimenticios o superalimentos adecuados.

Por qué ?

  • porque determinadas necesidades de micronutrientes se ven reforzadas por las condiciones climáticas, la exposición repetida a virus y el estrés oxidativo (vitamina D, zinc, vitamina C, magnesio, omega-3, antioxidantes, etc.);

  • porque la dieta de los tiempos modernos, incluso orgánica y en circuito corto, es menos rica nutricionalmente que la de nuestros padres y nuestros abuelos debido al empobrecimiento del suelo, la estandarización de las semillas... Sabemos por ejemplo que para obtener la nutrientes de una manzana de 1950, ¡tendrías que comer 100 hoy!

 

En Days of Confidence, hemos desarrollado un Complejo Protección, a base de plantas camaleónicas: Houttuynia cordata, Arginina, Glutamina, vitaminas D3, K2 y zinc, combinando los nutrientes absolutamente fundamentales de los que muy a menudo carecemos para ayudarte a mantener tu inmunidad en su nivel óptimo. Tomar 3 cápsulas al día por la mañana con un vaso de agua durante 20 días.

Los aceites esenciales pueden, también en este caso, ser de gran ayuda para completar el arsenal protector:

  • unas gotas de Ravintsara, un potente antiinfeccioso, en el olfato sobre un pañuelo o en ungüento diluido en un poco de aceite vegetal en el interior de las muñecas antes de salir (excepto durante los 3 primeros meses de embarazo, personas con asma y niños menores de 6 años);

  • una gota de Limón, limpiador y protector, por vía sublingual por la mañana (excepto durante los 3 primeros meses de embarazo).

Aquí hay dos acciones simples para apoyar la inmunidad a la aromaterapia a diario.

 

 

5 consejos para proteger la piel del frío

 

1. Desarrolla tu rutina de cuidado de la piel hacia una mayor protección

El frío tiende a atacar la piel, especialmente cuando está seca, sensible o reactiva. Entonces nos encontramos con problemas como enrojecimiento o tirantez.

Por eso es importante proporcionar a la piel un cuidado más rico de lo habitual para calmarla, nutrirla en profundidad y favorecer el confort. También serán seleccionados por su efecto sobre la microcirculación para reducir el enrojecimiento. También evitaremos principios activos demasiado potentes, potencialmente irritantes, así como exfoliaciones demasiado frecuentes para favorecer la suavidad.

Por último, aunque el sol esté menos presente que el resto del año, se recomienda encarecidamente un factor de protección solar SPF 15 o 20 para proteger la piel en las zonas urbanas, SPF 30 a 50 para los deportes de invierno.

Dentro de la gama Days of Confidence, la crema facial luminosidad constituye el cuidado de día versátil y ultra hidratante más adecuado para el frío.

Un tratamiento nutritivo antiedad ultraprotector y perfectamente versátil:

A la hora de dormir, puedes recurrir al Sérum de noche calmante (granada, jojoba, kukui, macadamia) que acelera de forma natural el proceso de reposición de lípidos de la piel.

 

2. Hidratar bien la piel desde el interior.

Debido a que proteger la piel es un proceso de entrada y salida , es fundamental implementar una serie de medidas dietéticas:

  • mantener un buen nivel de hidratación: beber 1,5 litros de agua de manantial ligeramente mineralizada o de agua del grifo debidamente filtrada al día, se tiene menos sed en invierno pero es un parámetro no despreciable para una piel bella;

  • Asegúrese de consumir regularmente ácidos grasos poliinsaturados, es decir omega-3 y omega-6: garantizan la elasticidad y la tirantez de la epidermis. ¿Dónde encontrarlos? En pequeños pescados grasos de mares fríos como sardinas, caballa, arenque, etc., en nueces, en mantequilla cruda, en aceites vegetales ecológicos y vírgenes de primera presión en frío de camelina, cáñamo, lino, aguacate, etc.

  • Varia tus recetas con alimentos ricos en colágeno: ante todo, caldo de pollo casero, riquísimo para calentar, o incluso huesos de tuétano. Es bueno saberlo: los huevos contienen los aminoácidos precursores del colágeno. En cuanto a los alimentos de origen vegetal, los copos de espirulina, ricos en glicina, son capaces de activar la producción endógena de colágeno.

También es bienvenido un complemento alimenticio específico como nuestro Complejo Luminosidad (cardo mariano, microalgas, pasas, rosa), preventivo del estrés oxidativo y diseñado para devolver la flexibilidad a la piel supliendo las deficiencias de omega-3.

Tomar 2 cápsulas al día por la mañana con un vaso de agua durante 20 días.

 

3. Cuida las extremidades

En invierno, los pies, las manos y los labios están más expuestos al frío que el resto del cuerpo. Para evitar que se agrieten, cuídalas especialmente: cúbrelas, exfólialas (una vez al mes es suficiente), hidrátalas.

Para envolverlos en el día a día opta por un producto único, rico y económico, 100% limpio, como por ejemplo:

  • manteca de karité orgánica, ultra nutritiva, preferiblemente procedente de comercio justo;

  • Aceite vegetal de rosa mosqueta, particularmente cicatrizante;

  • Aceite vegetal de germen de trigo, específico para pieles secas y tirantes.

 

4. Repare ocasionalmente grietas y congelaciones.

Si a pesar de ello las puntas se agrietan y aparecen grietas, es bueno conocer algunas acciones de emergencia para calmar estas llagas invernales.

La idea es enriquecer el versátil producto que has elegido para nutrir las extremidades con activos naturales reconstituyentes como:

  • aceite esencial de áspic de lavanda, cicatrizante e inmunoestimulante, no utilizar durante el embarazo y la lactancia, en niños menores de 7 años o en sujetos epilépticos, hasta una gota al día;

  • Aceite esencial de Cistus ladanífero, regenerador, que debe evitarse durante los 3 primeros meses de embarazo, durante la lactancia y en niños menores de 3 años y no recomendado en caso de tratamiento anticoagulante, a razón de una gota al día;

  • Aceite vegetal de ricino, suavizante y reconstituyente, a razón de una cucharada al día.

Piense también en la miel, y en particular en la miel de Manuka, un potente agente curativo, más bien como cataplasma complementaria, una o dos veces por semana.

Si durante la estación fría tus labios se agrietan continuamente, no dudes en hacer un exfoliante casero a base de miel y azúcar antes de aplicar tu mezcla calmante.

 

5. Regula el balance ácido-base 

Considerada por los naturópatas como un emuntorio en sí misma, la piel es capaz de eliminar el exceso de ácidos de su superficie, por un lado, a través de las glándulas sudoríparas, y el exceso de moco, por otro, a través de las glándulas sebáceas.

Cuando las toxinas de tipo ácido, también conocidas como cristales, son demasiado numerosas, la piel ya no puede eliminarlas todas. Generalmente es seca, se irrita con facilidad y pueden aparecer patologías cutáneas como eccema, psoriasis o eritema (enrojecimiento localizado).

Si no consigues superar la piel seca en invierno gracias a nuestros 4 consejos anteriores, puede ser interesante empezar a trabajar en el equilibrio ácido-base de tu terreno para restablecerlo de forma sostenible.

Para saber más, consulta nuestro artículo Los beneficios de una dieta alcalina para la piel.

 

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